Meses antes de viajar a Guatemala no sabía casi nada de este país y, en cuanto investigué un poco sobre su historia y su cultura, descubrí que es un país que atrapa.

Participé en un proyecto en la región de Ixcán, en la frontera norte con México, donde varias comunidades trabajaban para conseguir canalizar agua potable hasta sus casas: organizamos talleres sobre la potabilidad del agua, sobre gestión de residuos y también sobre sexualidad.

La formación previa al viaje que recibimos en Setem es algo más que necesaria porque adquieres una visión crítica e inquieta del mundo, algo que se agradece antes de realizar un viaje así.

Este es el testimonio de Ove, uno de nuestros voluntarios de Campos de Solidaridad. ¿Quieres ver más testimonios?